Hoy en la mañana llevé a mi hija Nia al trabajo y cuando regresaba a casa apenas podía conducir. El sol brillaba tanto que al reflejarse en el cristal de mi guagua no veía nada. En varias ocasiones tuve que detenerme. Sentí coraje , un señor se detuvo a preguntarme si me pasaba algo, y yo le respondí; - "Ese sol no me deja ver el camino"-. Y el me respondió, -" Espere un momento, ese sol hoy está más potente que nunca. Eso me hizo recordar las tantas veces que "ese sol" me ha dado su esplendor. Las salidas del mismo en las mañanas han dado un espectáculo que no tiene comparación, maravilloso. Y en las tardes su ocaso, ni hablar. Aquí está la prueba. No tuve otro remedio esperar, esperé solo un instante y una nube lo tapó y así pude llegar a casa.
Estas fotos las tomé desde el balcón de mi casa
Estas fotos las tomé desde el balcón de mi casa
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